Las ceremonias o sesiones son espacios
rituales muy sagrados, donde el curandero o chaman amazónico invita el remedio
a los participantes en cada oportunidad. Usualmente las ceremonias se realizan
de noche, pero en ocasiones especiales realizamos ceremonias diurnas. Ambas
ceremonias se diferencian energéticamente de esta manera: nocturna (profunda
introspección), diurna (profunda introspección + contacto más abierto con la
naturaleza que te rodea)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvQO85Gk8uwDRpitD-X_QwHqASB52M6S4Mxbq8kkd01lepEEJUlyXKqGwed-lD-I0KSgotem23Kh_Y1j1AqniDxLrgugPyxED6xxAIQTNKcE7cr7iwu9LlxdK1U8og924zlLAKP96Zjxp8/s1600/Foto.jpg)
El remedio actúa paso a paso, es como un scanner
detectando bloqueos, cosas negativas y ayudando poco a poco a liberarse. Cuando
uno se encuentra con los efectos del remedio no pierdes la noción o la
conciencia, por el contrario se entra a un nivel de conciencia superior donde
no solo estas atento al mundo material sino también se experimenta el mundo
energético o espiritual tanto interno como externo. Es decir la mayor cantidad
de visualizaciones, pensamientos y sentimientos que tengamos durante una
ceremonia es lo que tenemos dentro.
Los procesos con Ayahuasca son hermosos, lo
que no significa que sean fáciles, pero lo único a hacer en las ceremonias es
soltar, dejar ir, aceptar, perder la noción ilusoria de control. Nunca ponerse
en el rol de víctima de lo que se ve o se siente, sino ser un observador que
aprende de su realidad interior.